Descubre cómo hacer medallones de calabacín rellenos de bechamel, una receta fácil, crujiente y deliciosa. Perfecta como entrante o plato principal.


Medallones de calabacín rellenos de bechamel. Irresistibles!
Descripción
El verano es la temporada de calabacín (y otras muchas hortalizas), y una de las recetas que más nos gusta hacer en casa es ésta, sobre todo, para tomar de aperitivo. Nos gusta hacer muchos y luego irlos tomando durante la semana, y es que están buenísimos y no nos cansamos de comer estos medallones! Es una receta que sorprende y enamora al primer bocado. Son cremosos, suaves y con un toque crujiente por fuera que los hace irresistibles. Además, se preparan con ingredientes sencillos que seguramente ya tienes en casa.
Lo que más me gusta de esta receta es su versatilidad: son perfectos como entrante, guarnición, o incluso como plato principal acompañado de una ensalada fresca. Y lo mejor de todo, es que es una forma deliciosa de incluir más verduras en el día a día sin renunciar al sabor.
¿Por qué me encanta esta receta?
Los medallones de calabacín rellenos de bechamel me recuerdan a esas recetas de aprovechamiento de la abuela, cuando todo lo que sobraba en la cocina se transformaba en un plato delicioso. Me gusta servirlos con una ensalada de tomate y albahaca fresca, y como picoteo.
Es una receta sencilla pero con ese “algo” especial que hace que todos quieran repetir. Y además, ¡es una manera genial de que los peques coman verdura sin protestar!
Ingredientes
Instrucciones
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Preparar el calabacín.
Lava los calabacines y córtalos en rodajas de aproximadamente medio centímetro de grosor. Ponlos en papel absorbente y añade un poco de sal.
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Hacer la bechamel.
En un cazo, pon a calentar los 30 gramos de aceite. Añade la harina y remueve para que se cocine bien. Vierte la leche poco a poco, sin dejar de batir, hasta obtener una crema espesa. Sazona con sal, y un poco de nuez moscada. Si quieres un toque extra de sabor, añade queso rallado.
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Montar los medallones.
Unta una rodaja de calabacín con una cucharadita de bechamel y cubre con otra rodaja de calabacín, como si fuera un “sandwich”.
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Rebozar.
Pasa cada medallón por huevo batido y pan rallado. Para que queden más crujientes, o si la bechamel no os queda lo bastante espesa, puedes repetir el proceso dos veces (doble rebozado).
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Freír u hornear.
Fríe los medallones en aceite caliente hasta que estén dorados por ambos lados, o bien hornéalos a 200ºC durante 15 minutos, dándoles la vuelta a mitad de cocción.
Nota
· Si quieres una opción más ligera, haz la bechamel con leche desnatada y cocínalos al horno con un poco de aceite en spray.
· Añade un toque de jamón picado o atún a la bechamel para darles más sabor.