Descubre cómo hacer el tradicional dulce engañabobos, un postre casero, económico y delicioso con historia, te cuento la receta paso a paso, mis trucos y cómo conservarlo.
Hay recetas que no necesitan presentación, tienen algo especial, un nombre curioso y una historia detrás que las hace inolvidables.
El dulce engañabobos es justo eso, un pequeño tesoro de la cocina de toda la vida, tan fácil de hacer como sorprendente cuando lo pruebas. Es de esas recetas que huelen a hogar, a postre de abuela, a cariño y sencillez, así que ponte cómoda y ven conmigo a la cocina, que este dulce es de los que se disfrutan desde el primer aroma
El engañabobos es un postre muy antiguo que se ha preparado en muchas regiones de España durante generaciones. Nació en épocas en las que no había tantos recursos y las familias hacían maravillas con lo que tenían a mano, por eso se llama así, porque parece un dulce muy elaborado, pero en realidad se hace en un momento y con ingredientes básicos, engaña, pero de la mejor manera posible.
Cada zona lo prepara a su estilo, algunos lo hacen con pan duro, otros con harina, otros con un toque de canela o limón. Lo que nunca cambia es su esencia: un dulce humilde, sencillo y con un sabor que te transporta a tu infancia.
Cómo conservar el engañabobos.
Una de las cosas buenas que tiene este postre es que aguanta muy bien. Guárdalo en la nevera dentro de un recipiente con tapa, o cúbrelo con film transparente. Aguanta entre tres y cuatro días sin problema y, muchas veces, está incluso más bueno al día siguiente.
Historia y curiosidades del engañabobos.
Este postre aparece en recetarios antiguos del siglo XIX y principios del XX. El nombre “engañabobos” se usaba para referirse con humor a los platos que parecían más de lo que eran, tanto en elaboración como en ingredientes. Era la época de la cocina de aprovechamiento, cuando cada huevo y cada trozo de pan contaban. El engañabobos nació de esa creatividad tan nuestra, hacer algo delicioso con muy poco.
Cómo servir el engañabobos.
Puedes servirlo frío o a temperatura ambiente. A mí me gusta mucho con un poco de nata montada o con una bola de helado de vainilla en verano. También puedes ponerle almendras tostadas por encima o un chorrito de miel.
Beneficios de este postre casero.
El engañabobos no sólo está buenísimo, también tiene su parte buena, ya que está hecho con ingredientes naturales, sin conservantes ni colorantes, y es mucho más saludable que muchos dulces industriales.
Y lo más importante, tiene ese valor sentimental de las recetas que se comparten, que se cuentan entre generaciones y que nos hacen sentir cerca de quienes las preparaban antes.
Engañabobos casero: el dulce más sencillo, económico y delicioso que conquista a todos.
Descripción
Descubre cómo hacer el tradicional dulce engañabobos, un postre casero, económico y delicioso con historia. Te cuento la receta paso a paso, mis trucos y cómo conservarlo.
Ingredientes
Instrucciones
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Hacer la masa
En un bol mezcla todos los ingredientes, al final, amasa con las manos para obtener una mezcla homogénea.
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Deja reposar
Tapa la masa con papel film y déjala descansar unos 15 minutos.
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Corta la masa y fríela
Con ayuda de un rodillo o una botella, extiende la masa hasta que quede de 1 cm de grosor más o menos, y córtala en cuadrados.
Fríelos en abundante aceite. Cuando estén dorados sácalos a papel absorbente.
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Reboza en azúcar y canela
Antes de que se enfríen pásalos por un plato con azúcar y canela.
Y ya está, ya los tienes!!
Nota
Preguntas frecuentes.
¿Por qué se llama engañabobos?
Porque parece un postre elaborado, pero se hace con ingredientes básicos y en muy poco tiempo.
¿Se puede hacer al horno?
Sí, puedes cocinar los cuadraditos en el horno, a unos 200 grados, hasta que estén dorados, pero creo que fritos están más buenos.
¿Cuánto dura en la nevera?
Entre tres y cuatro días si lo guardas bien tapado.
¿Puedo añadir fruta?
Claro que sí. La manzana, la pera o el plátano quedan estupendos, sólo tienes que añadirlos troceados a la masa.
El engañabobos es un ejemplo perfecto de lo que me encanta de la cocina casera, la sencillez que se convierte en algo mágico. No necesita ingredientes raros ni pasos complicados, sólo cariño, tiempo y ganas de disfrutar. Es un dulce humilde, pero con alma, de los que no se olvidan porque saben a hogar, quizá te recuerden un poco a los pestiños (a mi por lo menos, si). Y si, además, tiene un nombre tan divertido, no puede faltar en tu recetario!
Así que anímate a hacerlo, cuando veas lo fácil que es y lo rico que queda, entenderás por qué lleva tantos años conquistando cocinas.
¿Conocías el engañabobos? Cuéntame si lo has probado o si en tu casa lo hacéis de otra manera, me encantará leer tus ideas y aprender nuevas versiones.




