Hoy me he animado a escribir sobre un postre que para mí es sinónimo de reuniones familiares, sobremesas largas y domingos felices: el flan de leche condensada.
Este postre cremoso, brillante y delicadamente dulce tiene una historia muy interesante. El flan como tal tiene sus raíces en la Roma antigua, donde se elaboraban natillas con huevos y leche (aunque al principio, curiosamente, solían ser saladas). Con el paso del tiempo, en la Edad Media, se empezó a endulzar añadiendo miel. Luego, al expandirse el uso del azúcar por Europa, surgieron versiones cada vez más parecidas al flan actual.
El flan tal y como lo conocemos hoy, con caramelo líquido, se popularizó especialmente en Francia y España, y de ahí viajó a toda Latinoamérica, donde cada país le fue dando su toque. En México, Argentina, Cuba o Venezuela, el flan es casi un emblema. Y con la llegada de la leche condensada en el siglo XIX (gracias a la invención de Gail Borden), la receta se simplificó mucho, logrando un flan más estable, dulce y fácil de preparar.
Así que, de alguna forma, cuando hacemos flan de leche condensada, estamos uniendo siglos de historia culinaria… ¡y eso me emociona y me encanta!
💛 Por qué me gusta tanto este flan?
Te confieso que para mí, este flan es pura nostalgia. Mi abuela lo hacía cada vez que íbamos a visitarla, y el aroma a caramelo recién hecho me transporta directamente a su cocina. Hoy lo preparo en casa y siento que revivo esos momentos tan felices.
Además, es un postre:
– Fácil (no necesitas ser un experto)
– Económico
– Con pocos ingredientes
– Que siempre queda bien y gusta a todos
Y si te sobra… ¡al día siguiente está incluso más rico!


✨ Flan de leche condensada
Descripción
Descubre cómo hacer flan de leche condensada casero, un postre clásico con historia, suave y delicioso. Receta fácil, ingredientes, tiempos y consejos para que te quede perfecto.
Te soy sincera: más allá de lo riquísimo que está, hacer este flan tiene algo casi terapéutico. Remover el caramelo, batir con calma la mezcla, oler el horno mientras se cocina… son pequeños momentos que me reconectan con lo simple.
Además, este postre tiene una ventaja práctica: al usar leche condensada, se conserva mejor y dura varios días. ¡Perfecto para tener siempre algo dulce en casa sin complicarte!
Ingredientes
Instrucciones
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Mezclar los ingredientes del flan
- En un bol grande, bate ligeramente los huevos con un tenedor o varilla, sin espumar demasiado.
- Añade la leche y mezcla bien.
- Agrega también la leche condensada
- Incorpora la vainilla, si quieres. Mezcla hasta integrar todo.
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Verter y cocinar
- Vierte la mezcla en el molde caramelizado.
- Coloca el molde dentro de una bandeja profunda con agua para hacer un baño maría. Procura que el agua no rebase la mitad del molde con la mezcla.
- Hornea en horno precalentado a 200 ºC durante unos 50-60 minutos.
-Para comprobar si está listo, introduce un palillo o cuchillo en el centro: debe salir limpio.
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Enfriar y desmoldar
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Retira del horno y deja templar fuera del baño maría.
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Luego refrigera un mínimo de 4 horas (lo ideal, toda la noche).
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Pasa un cuchillo por el borde del molde para despegarlo y desmolda con cuidado sobre un plato.
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Nota
· Si quieres un flan más firme, añade un huevo extra.
· Si prefieres que quede ultra suave y cremoso, usa solo las yemas.
· No cocines a temperatura demasiado alta para que no salgan burbujas.
· Puedes aromatizar con canela, ralladura de limón o incluso un chorrito de licor.
· Acompáñalo con nata montada o frutos rojos para un contraste espectacular.