Pimientos asados: el aroma de lo sencillo, el sabor de lo auténtico
Hay aromas que llenan la cocina y el corazón. Uno de ellos es, sin duda, el de los pimientos asados. Dulces, tiernos, ahumados y llenos de sabor, estos pimientos son mucho más que una guarnición: son un homenaje a la cocina tradicional, al fuego lento y al mimo por lo natural.
Asar pimientos es un ritual sencillo pero poderoso. Basta con colocarlos enteros sobre una bandeja, meterlos al horno —o mejor aún, al fuego directo— y dejarlos que se cocinen lentamente, hasta que la piel se tueste y la pulpa quede suave, casi melosa. Después, solo hay que pelarlos, quitarles las semillas y cortarlos en tiras. ¿El resultado? Un manjar lleno de matices, con un sabor profundo que recuerda a campo, a pueblo, a cocina de toda la vida.
De la huerta al plato
Los pimientos rojos son los más utilizados para asar, aunque también se pueden mezclar con amarillos o verdes para dar color y variedad. Lo importante es que sean carnosos, frescos y firmes. En muchas regiones de España, como La Rioja o Castilla-La Mancha, los pimientos se cultivan con mimo y se asan tradicionalmente sobre brasas de leña, lo que les aporta un sabor único.
Los pimientos asados se consumen durante todo el año, pero es en otoño —cuando llega la cosecha— cuando adquieren su protagonismo. Muchos hogares los preparan en grandes cantidades, los conservan en tarros o congelan para tenerlos listos durante el invierno. Es una de esas costumbres que unen generaciones y mantienen viva la esencia de la cocina casera.
Versátiles, saludables y absolutamente deliciosos
Además de sabrosos, los pimientos asados son ligeros, digestivos y muy nutritivos. Son ricos en vitamina C, antioxidantes, fibra y minerales, y bajos en calorías. Ideales para dietas saludables sin renunciar al placer.
Se pueden disfrutar de mil formas: como entrante con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y un diente de ajo picado; sobre una tostada con atún o anchoas; en ensaladas templadas; como guarnición para carnes, pescados o huevos; o incluso dentro de bocadillos y empanadas.
También son la base de platos tan emblemáticos como el escalivado catalán, el pisto manchego o el ajoblanco con pimientos asados, demostrando su papel protagonista en distintas cocinas regionales.
Un sabor que no pasa de moda
Asar pimientos en casa es un gesto sencillo que transforma lo cotidiano en especial. El olor que se desprende del horno, la piel que se desprende con facilidad, la carne jugosa… Todo invita a tomarse un momento, a comer despacio, a saborear.
Y es que los pimientos asados no son solo un alimento: son una experiencia. Te conectan con la tierra, con la tradición y con el placer de lo hecho a mano. No hay prisas, no hay trucos: solo buen producto, fuego y paciencia.
Si aún no los has preparado en casa, es hora de que lo pruebes. Porque a veces, los platos más sencillos son los que más nos enamoran.
Si estás buscando una forma más rápida y limpia de preparar pimientos asados, la freidora de aire es tu mejor aliada. En esta receta te enseño cómo asar pimientos de forma sencilla, sin necesidad de horno, y en mucho menos tiempo. El resultado: piel fácil de pelar, sabor ahumado y textura jugosa, ideal para ensaladas, tostas, guarniciones o conservas caseras.
Lava bien los pimientos y sécalos con papel de cocina. Puedes dejarlos enteros o cortarlos en mitades y retirar las semillas (esto acelera la cocción).
Pon la freidora de aire a 200 °C (390 °F) durante 2-3 minutos si tu modelo lo requiere.
Coloca los pimientos en la cesta o bandeja de la air fryer, sin encimar demasiado. Rocíalos con un poco de aceite si quieres un acabado más brillante.
Tiempo de cocción:
Enteros: 20 minutos, dándoles la vuelta a los 10 minutos.
En mitades o tiras grandes: 15 minutos, agitando o volteando a mitad de cocción.
Una vez asados, mételos en un recipiente tapado o en una bolsa durante 10 minutos. Esto genera vapor y facilita quitarles la piel.
Retira la piel con los dedos o con ayuda de un cuchillo. Ya están listos para usar o guardar en un bote con aceite.
Ideas para usarlos
Ensaladas templadas o frías
Tostas con queso de cabra
Pasta o arroz salteado
Bocadillos o empanadas
Como guarnición para carnes y pescados
¿Se pueden conservar?
Sí. Puedes guardar los pimientos asados en un frasco con aceite de oliva en la nevera por hasta 5 días. También se pueden congelar en tiras sin piel.
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Puedes acompañar tus pimientos con esta deliciosa receta de pollo!
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