En la cocina de toda la vida, aprovechar lo que ya tenemos es casi un arte. Y dentro de ese mundo de recetas que transforman lo simple en sabroso, brillan con luz propia las galletas de pan duro con pepitas de chocolate. Sí, con ese pan que parecía destinado al cubo de las migas, puedes hacer unas galletas irresistibles que enamoran a grandes y pequeños desde el primer bocado.
Estas galletas no solo son una solución práctica, también son una declaración de amor por lo casero, lo sencillo y lo delicioso. Porque convertir el pan de ayer en una merienda dulce y crujiente es un ejemplo perfecto de la magia que ocurre en una cocina con alma.
La receta original de galletas de pan duro ya es de por sí un tesoro: fácil, económica y perfecta para no desperdiciar ni una miga. Pero si a esa base le añadimos pepitas de chocolate, el resultado sube de nivel. El contraste entre la textura rústica del pan y el dulzor fundente del chocolate convierte cada galleta en una explosión de sabor y recuerdos.
Y es que estas galletas lo tienen todo: una historia detrás, un sabor casero que reconforta y ese toque moderno que tanto gusta hoy. Además, son ideales para hacer en casa con los niños, para regalar o simplemente para acompañar un buen café o una taza de leche.
La receta es tan sencilla como brillante: pan duro rallado o triturado, huevos, azúcar, un chorrito de leche o mantequilla para ligar la masa, y por supuesto, pepitas de chocolate (o trocitos de tableta si prefieres una versión aún más rústica). Se le puede añadir también canela, vainilla o ralladura de naranja para darles un toque especial.
Una vez mezclados todos los ingredientes, se forman pequeñas porciones sobre una bandeja de horno, se hornean hasta que estén doradas por fuera pero aún tiernas por dentro… ¡y a disfrutar!
Estas galletas no son solo un dulce casero más. Son una forma de cocinar con conciencia, amor y creatividad. En lugar de desperdiciar el pan sobrante, lo transformamos en algo nuevo, rico y divertido. Y además, le añadimos el toque irresistible del chocolate, ese ingrediente capaz de alegrar cualquier día.
El resultado son unas galletas crujientes, aromáticas y con el contraste perfecto entre lo tradicional y lo goloso. ¿Y sabes qué es lo mejor? Que son tan fáciles de hacer que repetirás más de una vez.
Las galletas de pan duro con pepitas de chocolate son la prueba de que, en la cocina, lo humilde puede ser espectacular. Un postre, una merienda o un antojo perfecto para cualquier momento del día. Así que ya lo sabes: guarda ese pan que te sobra, enciende el horno y disfruta de estas galletas que te harán sonreír desde el primer mordisco. 🍞🍫🍪
¿Tienes pan duro en casa y no sabes qué hacer con él? Antes de que acabe en la basura, te propongo algo mucho mejor: transformarlo en galletas caseras con pepitas de chocolate. Sí, has leído bien. Ese pan que parece que ya no sirve puede convertirse en una delicia crujiente, dulce y perfecta para acompañar un café o una merienda especial.
En casa, siempre hemos sido de aprovecharlo todo. Ver a mi abuela guardar el pan seco en una bolsita de tela me enseñó que la cocina no solo es amor, también es responsabilidad. Y es que desperdiciar comida duele, especialmente cuando sabemos todo el trabajo y los recursos que hay detrás de cada alimento.
Por eso esta receta me gusta tanto. Porque une lo útil con lo sabroso, lo sencillo con lo bonito. Y, además, está buenísima.
Aplasta el pan con un tenedor o tritúralo un poco con una batidora de mano. Añade el huevo, el azúcar, la mantequilla derretida, el chocolate, la levadura y la harina. Mezcla todo hasta que quede una masa homogénea, tipo bizcocho espeso.
Con ayuda de una cuchara, forma montoncitos sobre una bandeja con papel de hornear. Aplástalos ligeramente con los dedos húmedos o el reverso de una cuchara.
Hornea en horno precalentado a 180 °C (calor arriba y abajo) durante 15–18 minutos, hasta que estén doraditas por los bordes. Deja enfriar sobre una rejilla. ¡Y a disfrutar!
Porque tirar pan debería ser la última opción. Es uno de los alimentos más desperdiciados del mundo, y sin embargo es tan versátil… Con él puedes hacer sopas, tostadas, torrijas, budines y estas deliciosas galletas. Aprovechar el pan duro no solo reduce el desperdicio, también estimula nuestra creatividad en la cocina y nos conecta con una forma de cocinar más consciente, más humana y más real.
Si te ha gustado esta receta, ¡anímate a probarla! Estoy segura de que te sorprenderá lo ricas que quedan estas galletas. ¿Tienes tu propio truco para aprovechar el pan? ¿Qué receta de aprovechamiento te recuerda a tu infancia?
También tienes la opción, un poco más ligera, sin chocolate.
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