Aprende a hacer pan de leche casero, esponjoso y delicioso. Receta fácil paso a paso, tiempos de preparación y consejos para lograr el pan más tierno.
El pan de leche es una delicia suave y ligeramente dulce que conquista a grandes y pequeños. Su textura tierna lo hace perfecto para desayunos, meriendas o acompañamientos ligeros. A diferencia de otros panes, su miga es muy esponjosa gracias a la leche y la mantequilla, lo que le da un sabor delicado y reconfortante. Además, se conserva muy bien y puede rellenarse o disfrutarse tal cual. Es ideal para preparar bollitos para niños o para quienes buscan un pan casero sin complicaciones. Hacer pan de leche en casa es también una manera de reconectar con lo simple y lo auténtico.
Hay recetas que, aunque sencillas, se quedan grabadas en la memoria. Para mÃ, el pan de leche es una de esas. Me transporta a la merienda de cuando era pequeña, al olor cálido que salÃa del horno y llenaba toda la cocina. Es esponjoso, suave, ligeramente dulce y, sobre todo, está hecho con amor. En este post, te cuento cómo hacer el mejor pan de leche casero, con todos mis trucos, consejos y una receta infalible para que te quede perfecto desde la primera vez.
¿Por qué me encanta el pan de leche?
Porque es un pan que abraza. Su textura es tan suave que parece un pequeño almohadón comestible. Se conserva bien, es ideal para el desayuno, la merienda o incluso para preparar bocadillos dulces o salados. Y lo mejor: hacerlo en casa es una experiencia reconfortante.
Si te estás iniciando en el mundo del pan, esta es una de las recetas más agradecidas. Y si ya tienes práctica, te sorprenderá lo adictivo que es. Créeme, vas a querer repetirlo cada semana.
En un bol grande o en la amasadora, añade la harina, la levadura, el azúcar y la sal. Haz un hueco en el centro y añade la mantequilla derretida, los huevos, la miel y el extracto de vainilla. Amasa durante unos 10 minutos hasta que tengas una masa elástica, suave y ligeramente pegajosa.
💪 Power tip: Si amasa a mano, no añadas más harina de la cuenta. La clave está en la paciencia y el movimiento. Es normal que la masa esté un poco pegajosa al principio.
Forma una bola con la masa, colócala en un bol ligeramente engrasado y cúbrela con un paño limpio o film transparente. Déjala levar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora o hasta que duplique su tamaño.
Una vez que la masa haya levado, desgasifÃcala con suavidad. Colócala en una bandeja engrasada, vuelve a taparlo con papel film y deja reposar otra media hora.
Pinta el pan con la mezcla de yema y leche para darles ese acabado dorado irresistible. Lleva al horno precalentado a 180 ºC (calor arriba y abajo) durante 30 minutos, o hasta que esté doradito.
Una vez fuera del horno, déjalo enfriar un poco sobre una rejilla. Aunque es difÃcil resistirse, el sabor mejora si esperas al menos 10 minutitos.
Hay algo muy especial en hacer pan de leche. Amasar con las manos, ver cómo la masa crece, cómo huele el horno… es casi terapéutico. Para mÃ, es mucho más que una receta. Es una forma de regalar cariño en forma de bocado suave.
Una vez los haces tú mismo, ya no quieres volver a los industriales. Son mucho más sanos, sin aditivos ni conservantes, y con ese toque casero que no se puede imitar.
Es tan versátil que lo comerás todo el tiempo. Puedes comerlo con mermelada, con un poco de mantequilla, con queso, jamón, Nutella… ¡o simplemente solo! Es ideal para niños, para acompañar un café o para llevar de merienda. También puedes usarlo como base para mini hamburguesas o incluso para hacer pudines de pan con los que te sobren.
¿Te animas a hacer este pan de leche casero? Acompáñalo con esta nutella casera o con tu merienda favorita. Me encantará saber cómo te ha salido, si lo hiciste con ayuda de peques, si le diste tu toque personal… Déjamelo en comentarios y, si te gustan las recetas con pan, atrévete con esta versión de pan con bacon y queso, verás qué rico!
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