Crujientes por fuera, esponjosos por dentro y espolvoreados con una nube de azúcar: así son los buñuelos de viento, un bocado que ha conquistado corazones y mesas durante generaciones. No es solo un dulce… es una tradición viva, con aroma a infancia, festividad y hogar.
Aunque su origen exacto es difícil de precisar, los buñuelos tienen raíces muy antiguas. Se cree que ya en la época romana existían preparaciones similares. Más adelante, los árabes, con su amor por los dulces fritos, influyeron profundamente en la repostería de la península ibérica. Pero fue en la Edad Media, especialmente en los conventos, donde los buñuelos de viento comenzaron a tomar su forma actual: pequeñas bolas de masa frita que se inflan como por arte de magia.
¿Y por qué “de viento”? Porque al freírlos, la masa se hincha y queda hueca por dentro, como si el aire los hubiera soplado desde dentro. Esa cavidad se convierte en un lienzo perfecto para los más golosos: crema pastelera, nata, trufa, cabello de ángel… aunque el clásico con solo azúcar sigue siendo el favorito de muchos.
Los buñuelos no son solo un manjar, son una tradición profundamente arraigada en muchas regiones de España y América Latina. En España, son protagonistas durante la celebración del Día de Todos los Santos (1 de noviembre), compartiendo protagonismo con huesos de santo y panellets. En esas fechas, los mercados y pastelerías se llenan de bandejas rebosantes de buñuelos recién hechos, y el olor a masa frita se mezcla con el aire fresco del otoño.
En lugares como Madrid, Castilla-La Mancha, Andalucía o Cataluña, prepararlos en casa es casi un ritual familiar. Las abuelas sacan sus recetas secretas, las amas de casa baten con cariño y los más pequeños ayudan a rebozar en azúcar, robando alguno antes de tiempo. Es un momento de unión, donde el dulce se convierte en excusa para compartir.
Pero los buñuelos también cruzaron el Atlántico. En México, por ejemplo, son típicos durante las fiestas navideñas y la Semana Santa, aunque allí suelen ser más grandes y a veces se sirven con miel o piloncillo. En Colombia y otros países, tienen variaciones saladas o con queso, pero el espíritu de lo “buñuelero” sigue intacto.
Hoy, los buñuelos de viento no han perdido vigencia. Al contrario: con el auge de la cocina tradicional, han vuelto a brillar. Aparecen en menús de restaurantes, en ferias gastronómicas, en vídeos de TikTok y en blogs de recetas que buscan reconectar con lo auténtico. Porque pocos dulces transmiten tanto con tan poco: harina, huevo, leche y cariño.
Así que la próxima vez que los veas, no lo dudes: da un mordisco. Estás saboreando siglos de historia, cultura y amor en forma de bolita dulce.

Buñuelos de viento sin levadura.
Descripción
Los buñuelos de viento son un clásico de la repostería, ideales para cualquier ocasión. Crujientes por fuera, suaves por dentro y rellenos de una deliciosa crema, estos bocaditos dulces son un auténtico placer. Y lo mejor es que esta versión no lleva levadura, por lo que son más rápidos y fáciles de hacer.
Si quieres sorprender a tu familia o simplemente darte un capricho, sigue esta receta paso a paso. ¡Manos a la masa!
Ingredientes
Instructions
Modo de preparación
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Hacer la masa
En una cacerola, calienta el agua con el aceite, y la sal. Cuando hierva, añade la harina de golpe y remueve rápidamente hasta que la masa se despegue de las paredes.
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Retira del fuego y deja templar unos minutos.
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Incorpora los huevos uno a uno, mezclando bien después de cada adición hasta obtener una masa homogénea y brillante.
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Freir los buñuelos
Calienta abundante aceite en una sartén o cazo. -
Con la ayuda de dos cucharas o una manga pastelera, forma pequeñas porciones de masa y fríelas hasta que estén doradas y crujientes.
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Retira y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
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Rebozar
Reboza los buñuelos en una mezcla de azúcar y canela
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Rellena con tu sabor favorito
Una vez fríos, hazles un pequeño corte o un agujero con una boquilla y rellénalos con la crema pastelera, o con crema de chocolate o nata.
Consejos para unos buñuelos perfectos ✅ Fríe a fuego medio para que los buñuelos se inflen sin quemarse. ✅ Puedes rellenarlos también con nata montada, chocolate o dulce de leche. ✅ Si prefieres una versión al horno, hornéalos a 180°C durante 20-25 minutos hasta que estén dorados. Estos buñuelos de viento sin levadura rellenos de crema son un verdadero manjar. Anímate a prepararlos y comparte tu experiencia. ¡Seguro que se convierten en uno de tus postres favoritos! 😋✨