Espinacas a la crema irresistibles, una receta fácil, cremosa y llena de sabor. Perfectas como acompañamiento o como plato principal.
Hoy te traigo una de esas recetas que parecen sencillas, pero que encierran un poder especial: las espinacas a la crema. Un plato que transforma unas hojas verdes en una auténtica delicia cremosa y reconfortante. Desde que lo descubrí en casa de mi abuela, se convirtió en una de esas preparaciones que son fijas en mi menú de otoño-invierno.
Lo maravilloso de esta receta es que no necesitas ingredientes raros, ni técnicas complicadas. Sólo productos básicos que seguro tienes en tu cocina y, en unos pocos pasos, obtendrás un plato con textura suave, un sabor delicado y esa cremosidad que lo convierte en un plato estrella, tanto como acompañamiento como para una cena de lujo ^^
Aunque solemos pensar en esta receta como algo muy nuestro, lo cierto es que tiene raíces en distintas cocinas europeas. En Francia, por ejemplo, la bechamel es una de las bases más clásicas, y combinarla con verduras fue siempre una manera de darles más protagonismo. En España, las espinacas a la crema se popularizaron sobre todo en la posguerra, cuando era necesario preparar platos nutritivos y económicos.
Lo bonito de esta receta es cómo se ha mantenido a lo largo del tiempo. Probablemente en muchas casas, como en la mía, siga siendo un plato que recuerda a la cocina de las abuelas: sencillo, nutritivo y lleno de cariño.
Espinacas a la crema irresistibles, una receta fácil, cremosa y llena de sabor. Perfectas como acompañamiento o como plato principal.
En una sartén calienta el aceite y añade la cebolla y el ajo
Remueve de vez en cuando hasta que la cebolla quede blandita
Añade las espinacas a la sartén, no te preocupes si rebosan porque enseguida van a reducir mucho su volumen
Las espinacas sueltan agua, pero si crees que lo necesita para que no se peguen puedes agregar medio vasito de agua
Cuando las espinacas se hayan reducido, añade la nata y, si quieres, queso rallado y cocina un par de minutos más
Salpimenta al gusto
Sí, sólo tienes que sustituir la harina por maicena o harina sin gluten, y obtendrás la misma cremosidad.
En la nevera, bien guardadas en un recipiente hermético, aguantan 2-3 días sin problema.
Sí, aunque al descongelar puede que la salsa pierda un poco de textura. Lo mejor es congelarlas en raciones individuales, y calentarlas después suavemente en una sartén.
Van genial con carnes a la plancha, pescados, arroz blanco, o incluso, como relleno de crepes o lasañas vegetales.
Por supuesto. La bebida de soja sin azúcar o de almendra son buenas opciones para una versión vegana.
Esta receta es ideal para cuando comienzan los días de frio, igual que la sopa minestrone, o esta deliciosa lasaña, que estoy segura de que te van a gustar!!
A mí me encanta disfrutar de unas espinacas a la crema en los días fríos, porque me reconfortan y me hacen sentir como en casa. Y tú, ¿las has preparado alguna vez? ¿Prefieres la versión gratinada, o la versión más ligera? Me encantaría que lo compartieras en los comentarios. Cuéntame tu truco personal, tus recuerdos, o si tienes alguna variación favorita. Y si te ha gustado esta receta, te invito a compartirla en tus redes y a suscribirte al blog, para no perderte las próximas recetas caseras.